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Mostrando entradas de diciembre, 2018

El martillo

El martillo Julián  Santa Don Miguel podía ver, con un detalle casi exclusivo de su profesión, como el martillo colgado en la pared no había tocado clavo alguno. Era obvio que salió directamente del empaque para ser puesto como decoración: tenía un extraño pero perfecto color rojizo que no era oxido y una clara falta de desgaste en el mango de caucho azul. Don Miguel, siempre que entraba al garaje, recordaba como el dueño del martillo, el señor Hernández, le prohibió tocarlo el día en que fue contratado. Esa diabólica herramienta estaba en un pedestal irracional de admiración, lo que causaba en don Miguel una angustia tremenda al no poder entender a su contratador. Pero por lo menos, pensaba don Miguel, siempre lo trataba bien.             Después de una semana de trabajo en donde se dedicó casi exclusivamente a reparar mesas y sillas, don Miguel decidió limpiar y organizar su espacio de trabajo. No hubo problema alguno, recordaba la orden del señor Hernández y estaba evitando